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El 77,4% de las mujeres que sufrieron violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja no denunciaron y casi el 67% no acudió a ningún tipo de recurso en el que obtener ayuda formal. Denunciar, pedir ayuda o contarlo a otras personas incrementa las posibilidades de acabar con la relación violenta.
Comentario de La Asociación de Padres de Familia Separados de Asturias: Estamos de acuerdo en lo que dice el titular, pero hablando de violencia sin más añadido, (quitando la palabra género) porque la violencia, es violencia, a nuestro criterio, sin más y por nuestras atenciones a lo largo de estos 25 años, nos consta y así lo podemos corroborar, porque son muchísimas las personas atendidas en esta asociación, repetimos, personas, que no sexos, aquí cabe todo el mundo de bien. Toda persona que sufra violencia, debe solicitar ayuda, JAMÁS, nadie, debe, ni permitir, ni aguantar, ni callar un maltrato, ante situaciones así, siempre CONDENABLES, PEDIR AYUDA de manera inmediata. Nos consta que hay muchos lugares a donde acudir o llamar, en lo referente a nuestra asociación, nuestra puerta y nuestros medios de localización, siempre estarán abiertos para ayudar a quien lo precise y con lo que podamos.
¿Véis? por eso me gusta esta asociación, por su trato que siempre ha tenido para conmigo y por su trato en las noticias sin hacer ninguna discriminación. Seguir así, a mi me tenéis conquistada como a muchas otras compañeras que también me consta.
Lo que no existe es ningún lugar o servicio público a donde acudir o llamar cuando la violencia la sufre el hombre. Prácticamente el 100% de los hombres que sufrieron violencia en el ámbito de la pareja o expareja no denunciaron y casi el 100% no acudió a ningún tipo de recurso en el que obtener ayuda formal, porque no existía. Denunciar, pedir ayuda o contarlo a otras personas no te servirá para nada, porque seguirán ejerciendo violencia contra ti de manera impune.
NO EXISTE LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
Porque los asesinatos y delitos cometidos por hombres, mujeres, blancos o negros no pueden representar jamás a un sexo, género o raza, sino a los despreciables individu@s que de cualquier sexo los cometen.
Si se aplican discriminaciones genéricas contra ellos, como ocurre en las leyes de género contra los hombres en las relaciones heterosexuales, se está cometiendo un gravísimo atentado sexista o racista.
No puede existir jamás una discriminación genérica para penalizar, señalar, estigmatizar y discriminar a un sexo, una raza o colectivo. Porque este término y sus leyes se utilizan para señalar, crear psicosis institucional y leyes gravísimamente discriminatorias contra millones de personas inocentes. Personas que no son culpables del sexo con el que nacen ni de delitos cometidos por algunos con su mismo sexo.
Las leyes de género son el delito penal de autor, la máxima expresión de sexismo, racismo aplicado contra los varones por el propio estado, que ha creado psicosis y terror en la población, poniendo los delitos cometidos por el hombre hasta en la sopa mientras se ocultan cuando son ellos las víctimas para responder al multimillonario negocio creado con unas leyes demoníacas que se retroalimentan por la terrible injusticia que provocan. Las leyes de género provocan el problema, y por su injusticia evitan la tan necesaria concienciación.
Una violación sexista o racista de derechos humanos fundamentales jamás podrá formar parte de una solución, sino de la multiplicación del problema y una masacre inútil contra millones de personas inocentes.
Leyes e ideología que nada tiene que ver con la igualdad, que trata de contabilizar cuantos más casos mejor, pero solo cuando es un hombre culpable, para inducir en la población el pensamiento de que el hombre heterosexual es el mismísimo Satanás, y sus armas demoníacas son el machismo y el heteropatriarcado.
Jamás una tan gravísima violación y discriminación de derechos humanos fundamentales estuvo «fundamentada» en tamaña falacia, que intenta convencer de que el hombre es una especie de orco que tiene retenidas, vejadas, secuestradas a las mujeres a quien hay poco menos que exterminar, para liberarlas. Un monstruo que actúa porque se cree superior a ellas o las considera de su propiedad.
Jamás habra existido mayor insulto y ataque contra la dignidad humana como la ideología de género y sus leyes.
Por desgracia la violencia forma parte de lo más despreciable del ser. Pero de seres individuales.
Poner sexo, género, raza, a la violencia y maldad humana, y discriminarles ante la ley, ya se hizo contra las personas de raza negra en el apartheid, o durante la persecución antijudía. Y ahora en «el género»se está haciendo esto mismo contra los hombres.
Se creó el mismo odio contra ellos.
También negros y judíos fueron considerados un problema de estado.
También la persecución antijudía o el apartheid en Sudáfrica en su momento fueron legales.
Se crearon los mismos tribunales de excepción o «especializados»que ahora en el género han sido creados únicamente para «juzgar» en juicios rápidos hombres heterosexuales cuando son denunciados por sus parejas femeninas o desde los centros del odio y el señalamiento tales como farmacias, centros de salud,centros comerciales etc.
Las gravísimas discriminaciones de género son solo contra hombres heterosexuales. Las parejas homosexuales de hombres o mujeres soluciónan sus problemas ante tribunales imparciales, pero también les deja desprotegidos con una ley menor.
Cuando se destruye la igualdad ante la ley desaparece el estado de derecho, que queda convertido en un ataque sexista racista ejercido por el propio estado.
No es en absoluto cuestión de números o de un tipo de delito específico, sino que hombres y mujeres debemos ser iguales ante la ley. Porque igual de grave que una violación o maltrato es condenar inocentes por algo tan grave que jamás han cometido. Lo cual iguala exactamente a hombres y mujeres y hace imperiosa la absoluta necesidad de que todos seamos iguales ante la ley y todos debamos tener derecho a presunción de inocencia y derecho a un juicio absolutamente imparcial sin que se aplique jamás ningún tipo de «perspectiva de género» (o de raza) contra nadie. La única perspectiva que se debe aplicar de forma obligatoria a los jueces es la perspectiva de imparcialidad total y absoluta.
Una ley justa y de concienciación debe proteger a todas las personas sin discriminación alguna, indistintamente del sexo, género, número de delitos, o raza al que pertenezcan. De lo contrario no es posible la concienciación ni la justicia, y el problema es la ley.
Sin embargo las leyes de género están basadas en la discriminación. No proteje a todas las personas por igual, sino que se ha creado contra la mitad de la población española, resultando por su injusticia absolutamente inútil y no protegiendo absolutamente a nadie, y destrozando la necesaria concienciación que tiene que estar basada en justicia y exacta y estricta igualdad.
Tribunales creados únicamente para «juzgar» hombres heterosexuales repartidos por toda España, donde los jueces además son «especializados» de forma obligatoria en «perspectiva de género» contra el varón, y donde cuestionar la palabra de una mujer ante la de un hombre, podría ser considerado «violencia institucional»
Se aprobó incluso que la mujer no tenga necesidad de presentar denuncia o relación sentimental, lo cual destruye completamente el derecho a defensa de cualquier varón.
Cuando desaparece la igualdad ante la ley, desaparece el estado de derecho. Se convierte en una inquisición donde se condena por sexo, género, o raza. La justicia y el estado se convierten en instrumento de terror al servicio de ideologías.
No podemos creer que la violencia tiene género porque estamos satanizando, señalando y discriminando a millones de hombres.
Tampoco podemos aceptar jamás que la violencia tiene raza porque
estamos satanizando y señalando a millones de personas, blancos, negros, o amarillos que son inocentes.
Compartir genitales o color de piel con quién comete un delito no convierte en culpables al resto de individuos con sus mismas características, y jamás tendrían que sufrir la más mínima discriminación por lo que hagan otros.
La violencia y la maldad humana no tiene género. Ni sexo, raza, ni color de piel.
Si ponemos sexo, género, raza, color de piel.., a la violencia y a la maldad humana estamos cometiendo un señalamiento y un crimen sexista-racista contra millones de personas inocentes desde su nacimiento.
Ningún sexo, género o raza merece un pecado original heredado sin que sea un gravísimo atentado contra los derechos humanos fundamentales.
Todos condenamos la violencia y la sufrimos como lo más ruin inhumano y despreciable del ser, Pero ello no nos ha de permitir jamás cometer un crimen sexista aberrante e inútil contra millones de personas inocentes.
El hombre heterosexual no es un monstruo al que hay que abatir. También son personas. Son todas y cada una de las personas que están en la otra cara de las leyes de género, su gravísima discriminación y el continuo señalamiento público de satanización creado contra ellos.
Yo creo como bien decís, tanto la asociación como algún que otro comentario que he leído, que la violencia no tiene género, no hay más, además es que lo vemos por poco que miremos un poco algunos medios, que desgraciadamente, algunos no son grandes, pero si respetables como los demás
Si esos porcentajes son ciertos……. todo es violencia de género??????? Hace tiempo que de lo que parece tratarse todo esto es de minusvalorar a los hombres.
La violencia NO tiene género, por mas que los «politiquillos» y sus colectivos afines siguen con esa proclama de distinguir por sexos y no hablen de personas en general.
Basta ya de tonterías. Que la violencia existe es un hecho que sufrimos pero no es monopolio de nadie
Solo ponen género a algo que ni tiene violencia, los que están poco preparados, pues la violencia no tiene género y no es porque lo digamos en esta asociación o porque lo diga el diccionario sino porque los echos demuestran que son violentos los hombres y las mujeres. Los que somos personas consideramos que hay que proteger a todas las víctimas por igual sin distinción de sexos y castigar duramente al agresor o agresora como les gusta a los Politiquillos que tenemos ahora. En fin que se respete el artículo 14 de la Constitución
Jo….la noticia me pareció muy larga y aburrida con tantos porcentajes. Cuanto esfuerzo por parte del Ministerio de «igualdad»!!! Me imagino el dineral que habrá costado ese estudio tan exhaustivo y concienzudo.
Lo que si me he leído entero fue el comentario de BENI. De matrícula de honor. Ojalá se lo lea la sra Montero y su tropa. Mil aplausos Beni.
Sólo un inciso BENI, en algún caso comenté de excluir los actos violentos cometidos por extranjeros de las estadísticas españolas. Me parece de justicia defender nuestra cultura y no permitir que se aprovechen para engrosar las estadísticas que tanto se publicitan. Tampoco es criminalizar a otras razas, ni nacionalidades, pero creo que es evidente que existen otras culturas en las que las mujeres sí están en claro segundo plano frente al hombre de forma institucionalizada y consentida.